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La sugerencia que nos da el sentido común es que comenzaremos a abordar aquel aspecto que más nos está alejando del bienestar. Por ejemplo: si fumás, verás que comenzar por la deshabituación del tabaco podría ser tu prioridad y deberás poner todo tu empeño en abordar esta situación que te está privando de tanta energía. Para otra persona, la ausencia total de actividad física en su vida podría ser el aspecto a iniciar.
Pero tampoco esta sugerencia es la única válida. También podría pasar que decidir comenzar por lo que menos te cuesta sea la mejor manera de recuperar un extra de energía que te permita obtener el impulso suficiente para ir por algo más grande, que desde un inicio nos parecía imposible.
Como pueden ver, ustedes podrán ir haciendo su propio camino al andar planificandolo con sus propias estrategias. Las mías son sólo sugerencias basadas en lo que he hecho y he visto hacer, y que me ha servido en mi propio camino.
Es importante saber que, generalmente, un abordaje gradual es la forma más eficaz para la mayoría de nosotros. La perseverancia es sin dudas una herramienta indispensable, pero la posibilidad de ser flexibles con una gran cuota de tolerancia es también esencial para emprender todo cambio de hábitos. Una actitud rígida, autoexigente y de agobio suele generar pesar, angustia y enojo.
Con los años he visto que la verdadera comprensión de lo que realmente es quererse, sumada al autorespeto y la gratitud son los mejores motores para un cambio exitoso.
VER: ¿Cuánto tiempo me llevará un cambio?
Extracto del libro Elegí Sentirte Bien – Autor: Dr. Luis María Delupi
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